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Trucos para dormir sin pasar frio (ni calor) en la cama

por Albert

 Tiempo de lectura: 5′

Ya es un clásico que la llegada de los primeros fríos se abra el debate conyugal de la ropa de cama de invierno: cuando el uno pasa frío el otro se asa de calor; cuando uno quisiera ya una mantita, el otro con la sabanita sola tiene más que suficiente… ¿Solución? No hay, pero podemos intentar algunos trucos para no pasar frío (ni calor) en la cama.

En el ámbito del hogar, si hay una discusión que se repite con cada cambio de estación, no es otra que la temperatura de la calefacción o del aire acondicionado y también, no podría ser de otra forma la elección de la ropa de cama de invierno: sábanas, fundas nórdicas, mantas, colchas, edredones, boutís… Otras cosas pueden pactarse, esta no, se trata pues, de alcanzar una solución que satisfaga a ambos cónyuges y como en la mayoría de las ocasiones esa solución no existe, no cabe otra que buscarse la vida y  pensar algunos trucos para dormir sin pasar frío ni calor en la cama.

Los consejos de la abuela

Hay, en primer lugar los trucos de la abuela, aquellos consejos sabios que nunca está de más tener bien a mano: Una duchita caliente justo antes de acostarse ayuda a relajarse y a estabilizar la temperatura corporal cuanto tal vez venimos de realizar alguna actividad. Una ducha con agua un poco caliente (fría no para no despejarnos, pero tampoco muy caliente para no calentar en exceso la piel) e inmediatamente vestirse con una ropa de dormir que no apriete, predispone para un descanso más placentero.

Bebida caliente antes de acostarse: el vasito de leche de mamá o esa infusión de tila o manzanilla que nos relaja y permitirá una entrada más fácil al proceso de ensoñación. Pero recuerda, una bebida un poquito caliente: si te pasas, tu cuerpo lo notará y sentirás calor en la cama.

La importancia de acostarse con los pies calientes: ¡No es broma! Será más o menos sexy, pero acostarse con los pies calientes hace que el cuerpo no deba invertir una energía extra en hacer que se calienten y, por extensión, todo tu cuerpo se caliente. Ten a mano unos calcetines de lana, que no aprieten, y no tengas manías.

La importancia de elegir bien la ropa de cama de invierno

El tacto es clave. La ropa de dormir ha de ser suave para que tu cuerpo se olvide de rozaduras o elementos extraños como cremalleras o gomas. Y en la ropa de cama…, por supuesto que es clave en un textil de los que tocan la piel: tacto suave aportado por el uso de fibras textiles naturales como el algodón; tacto suave como el aportado por fibras a las que se extrae el pelo para conseguir unos acabados de ensueño como las sábanas de coralina, las sábanas de nacarina o las sábanas de franela.

La táctica de la cebolla, ¡mano de santo!, para la ropa de cama de invierno (como pasa con la ropa de vestir), mejor tres capas finas que una demasiado gruesa. Decíamos que uno de las discusiones clásicas es el cómo nos tapamos en la cama para evitar que uno de los dos tenga frío y o el otro tenga calor. ¿Cómo conseguirlo? No lo conseguirás nunca, para que nos vamos a engañar, pero puedes hacer cositas para que vuestra sensación térmica se acompase:

Puedes usar rellenos nórdicos de distintos gruesos para adaptar el poder calorífico de tu funda nórdica (Burrito Blanco te ofrece hasta tres grosores distintos): un relleno de 100 gramos para primavera o para invierno; un relleno de 250 gramos y otro de 400 gramos para invierno. En el uso de uno u otro influye, claro está, lo friolero que sea cada uno; si en casa se duerme con la calefacción puesta o no; la temperatura exterior… Además, los rellenos de 100 y de 250 gr, están confeccionados con cliks de unión que permiten ser usados de forma conjunta.

Si prefieres dormir a la manera tradicional de sábana + edredón o manta o colcha, también puedes preparar tu armario de ropa de cama de invierno con prendas de distintos grosores que te permitan añadir capas o quitarlas de forma sencilla. Una modesta manta de sofá o un foulard multiusos, pueden ser la solución perfecta para que tú estés tan calentito y tu pareja no se despierte en un mar de sudor.

 

 

Evita las corrientes de aire en el dormitorio: harán que la temperatura sea inestable y perjudicará la calidad del sueño.

Hasta aquí nuestros trucos para no pasar frío (ni calor) en la cama. Si tienes pareja, ya sabes, negociar supone disponer de recursos de ropa de cama que te permita para alcanzar la solución más favorable a ambos. La solución perfecta no suele existir, pero seguro puedes alcanzar alguna solución buena para los dos.

¡Pero si yo no tengo pareja…! Pues, sin duda, para esto de encontrar la temperatura ideal en la cama, es una ventaja.

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